La evolución del cibercrimen sigue generando nuevas estrategias para engañar a los usuarios y robar sus datos. En Estados Unidos, una de las formas de fraude digital que más ha crecido en los últimos años es el envío de mensajes de texto desde “números equivocados”. Aunque pueden parecer inofensivos o incluso simpáticos, estos mensajes forman parte de una estructura criminal más compleja que tiene como objetivo final vaciar cuentas bancarias o vender información personal en la dark web.
Una modalidad en expansión: ¿qué es el “mensaje de número equivocado”?
Este tipo de fraude comienza con un mensaje casual desde un número desconocido. Puede ser algo tan simple como:
“Hola, ¿cómo estás? ¿Nos vimos ayer en la cafetería?”
A primera vista, parece un error genuino. Pero detrás de ese mensaje se esconde una estrategia planificada. Según Steve Grobman, CTO de McAfee, el primer objetivo de estos mensajes es confirmar que el número está activo. Una vez que el usuario responde, incluso con un simple “te equivocaste”, el ciberdelincuente ya tiene una confirmación: el número existe y la persona del otro lado está dispuesta a interactuar.
Este dato es valioso. Se almacena en bases de datos que luego se utilizan para ataques más elaborados o se venden a otras redes delictivas.
Inteligencia artificial al servicio del delito
Lo que agrava esta tendencia es el uso de inteligencia artificial. Herramientas de IA generativa les permiten a los estafadores crear mensajes más persuasivos, emular patrones lingüísticos humanos y adaptar los textos a distintas regiones o perfiles.
Además, los estafadores cruzan estos datos con filtraciones previas de información (como correos electrónicos, nombres o incluso redes sociales públicas), para personalizar los mensajes y hacerlos aún más creíbles. Esto se traduce en comunicaciones que simulan conversaciones reales, generando un vínculo emocional que hace bajar la guardia a muchas personas.
Un impacto millonario y en crecimiento
De acuerdo con un informe de CNBC basado en datos de la Comisión Federal de Comercio (FTC), las pérdidas asociadas a fraudes iniciados por mensajes de texto superaron los 470 millones de dólares en 2024. Esto representa un incremento de cinco veces respecto a los datos de 2020.
Del total de fraudes reportados, un 22% comenzó con un simple mensaje de texto, demostrando que esta vía se ha convertido en una de las favoritas para los ciberdelincuentes.
No solo buscan dinero: la amenaza de los datos personales
Organizaciones como McAfee y TransUnion advierten que no todos los ataques buscan una estafa económica directa. Muchos ciberdelincuentes simplemente recolectan datos personales para venderlos, utilizarlos en campañas de phishing más sofisticadas o incluso para extorsionar a sus víctimas tiempo después.
Un dato aparentemente inofensivo como tu nombre, dirección o la red social que usás puede ser la pieza que falta para vulnerar tus cuentas o engañar a tu entorno cercano.
¿Por qué algunas personas son más vulnerables?
Malka Shaw, psicoterapeuta en Nueva Jersey, señala que el componente emocional también juega un rol central. Muchas víctimas son personas que enfrentan soledad, ansiedad o estrés. Estas condiciones reducen el pensamiento crítico y aumentan la necesidad de conexión, lo cual es explotado hábilmente por los estafadores.
De hecho, tras la pandemia, se ha observado un incremento en la cantidad de personas que interactúan con desconocidos mediante mensajes, lo que ha facilitado la efectividad de estas estrategias delictivas.
El caso de Ann: una historia que se repite
Ann Nagel, una residente de Chicago, contó a CNBC que recibió un mensaje aparentemente inofensivo. Tras una breve charla, el remitente le pidió que le enviara una tarjeta de regalo Vanilla Visa. Allí entendió que se trataba de una estafa. Aunque evitó una pérdida económica, su número ya había sido validado y agregado a bases de datos que circulan en el mercado negro.
¿Qué hacer para protegerte?
Los expertos son claros:
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No respondas a mensajes de texto de números desconocidos, especialmente si contienen preguntas vagas o saludos sin contexto.
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Reportá el número como spam. Esto ayuda a que las aplicaciones de mensajería detecten patrones y bloqueen futuros intentos.
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No compartas información personal ni financiera por mensaje de texto, aunque el remitente parezca conocido.
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Activá la autenticación de dos factores en todas tus cuentas digitales.
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Desconfiá de los mensajes que generen urgencia o emoción repentina. Suelen ser estrategias para provocar una reacción rápida sin pensar.
En conclusión
El crecimiento de las estafas por mensajes de “número equivocado” es un reflejo del avance del cibercrimen y de cómo la tecnología puede ser usada tanto para el bien como para el mal. Estar informados es la primera barrera de defensa. No se trata solo de proteger tus cuentas, sino tu identidad y tu tranquilidad.